Entér@te No. 43. 16 de mayo de 2025

El papel de las TIC en la educación: hacia un aprendizaje crítico 

Dra. Marina Kriscautzky Laxague, directora de Innovación en Tecnologías para la Educación.

Por Guillermo Díaz Esquivel

“Me gustaría un gran cambio de perspectiva en el uso de la tecnología para potenciar las fortalezas que cada uno tiene, pero sin perder la colaboración y la conciencia de que (el cambio) lo trabajamos entre todos, o esto se nos va a acabar pronto”, destacó la doctora Marina Kriscautzky Laxague, al hablar del uso de las tecnologías en la educación durante su participación en la charla Pedagogía y TIC del ciclo Ciencia, Conciencia y Café.

La directora de Innovación en Tecnologías para la Educación de la DGTIC estuvo acompañada por el doctor Rafael Fernández Flores, académico de la misma dependencia y conductor de la emisión.

La doctora Kriscautzky, pionera en la incorporación de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) en los procesos educativos de la UNAM, destacó que, al principio, la integración de las TIC en los procesos educativos generó resistencias similares a las que observamos hoy con la inteligencia artificial. Como ejemplo, recordó el surgimiento de las calculadoras científicas que, en su momento, fueron miradas con desdén por algunos profesores, quienes argumentaban que parte del proceso de aprendizaje implicaba ser capaz de realizar esas tareas de manera manual.

Se retomó el debate que se mantiene en la actualidad entre dos perspectivas educativas: la visión conductista, propuesta por B.F. Skinner, que utiliza las tecnologías para controlar y estandarizar la enseñanza; y la constructivista, representada por Seymour Papert, que busca empoderar a los estudiantes, brindándoles herramientas para pensar críticamente y controlar las máquinas.

«La inteligencia artificial actual favorece el control y la estandarización, lo cual resulta preocupante», señaló la doctora Marina. También destacó la necesidad de formar estudiantes capaces de utilizar estas herramientas con criterio, enfocándose más en los procesos de aprendizaje que en productos terminados. De acuerdo con la especialista, la tendencia conductivista de la educación actual ha forzado a la mayoría de las y los estudiantes a dejar el aprendizaje en un segundo plano y a enfocarse en obtener una calificación.

Durante la charla Pedagogía y TIC también se abordó la importancia de contar con instrumentos para evaluar el uso de la tecnología y su acceso a ella. Kriscautzky, operadora del proyecto «TICómetro» desde 2012, explicó que esta herramienta reveló mejoras significativas en el acceso a la tecnología, pese a evidenciar también los retos que persisten, como la brecha económica y los diversos contextos de los cuales procede cada estudiante. «El acceso tecnológico es mucho mayor, casi universal, pero engañoso, pues tener un celular no garantiza poder estudiar adecuadamente desde casa», puntualizó.

Ambos académicos destacaron que, más allá de las certificaciones rápidas, la formación universitaria integral sigue siendo la mejor opción pues aporta habilidades críticas, creativas y sociales que son fundamentales. En este sentido, la doctora Marina enfatizó: «necesitamos estudiantes críticos, capaces de cuestionar y proponer soluciones a los problemas actuales».

Finalmente, al reflexionar sobre el futuro inmediato, fijado en cinco años, la doctora expresó su deseo de que las universidades se conviertan en espacios más inclusivos, dinámicos y conscientes del uso ético de la tecnología, siempre orientadas al bienestar al pensamiento y al trabajo en equipo. Recalcó que el cambio no depende únicamente de la integración y adaptación tecnológica, sino del replanteamiento de las estrategias educativas.

La charla concluyó con la invitación a reflexionar sobre el papel de las TIC en la educación y con la certeza de que el conocimiento se construye de forma colectiva.

Atención a usuarios